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Escribir una necrológica es una tarea delicada pero significativa. Es una oportunidad para honrar la vida y legado de un ser querido mientras brindas consuelo a quienes lo conocieron. En esta guía, exploraremos paso a paso cómo redactar una necrológica que capture la esencia de la persona fallecida y transmita su impacto en el mundo.

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Reflexionando sobre la vida del difunto

Antes de comenzar a redactar la necrológica, tómate un momento para reflexionar sobre la vida y legado del difunto. Considera sus logros, pasiones, valores y contribuciones a la comunidad. Estas reflexiones servirán como base para tu escritura.

Recopila información relevante

Reúne información relevante sobre la vida del difunto, incluyendo su fecha y lugar de nacimiento, educación, carrera, logros destacados, intereses y pasatiempos. También es importante obtener detalles sobre su familia, amigos cercanos y cualquier organización o causa benéfica que haya apoyado.

Captura la esencia de la persona

En tu redacción, busca capturar la esencia única del difunto. Describe sus rasgos de personalidad, valores fundamentales y cómo impactó positivamente en la vida de quienes lo rodeaban. Utiliza anécdotas y recuerdos significativos para pintar un retrato completo y conmovedor de la persona.

Estructura y estilo de la necrológica

Una vez que tengas toda la información relevante, es hora de estructurar tu necrológica y elegir un estilo apropiado para transmitir el mensaje con respeto y sensibilidad.

Introducción

Comienza la necrológica con una breve introducción que incluya el nombre completo del difunto, la fecha y lugar de su fallecimiento, así como su edad al momento de su partida. Esto establecerá el tono y contexto para el resto del texto.

Cuerpo

En el cuerpo de la necrológica, desarrolla los puntos clave sobre la vida y legado del difunto. Organiza la información de manera cronológica o temática, según sea apropiado, y utiliza párrafos claros y concisos para mantener la atención del lector.

Conclusión

Concluye la necrológica con unas palabras finales que resuman el impacto y legado del difunto, así como un mensaje de condolencias para la familia y seres queridos. Termina con un tono de respeto y esperanza, recordando la vida y las contribuciones del difunto de una manera significativa.

Revisión y edición

Una vez completada la primera versión de la necrológica, tómate el tiempo necesario para revisar y editar el texto. Asegúrate de que la redacción sea clara, respetuosa y sin errores gramaticales o de ortografía. También es útil pedir comentarios a familiares o amigos cercanos para asegurarte de que la necrológica refleje con precisión la vida y legado del difunto.