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A la hora de gestionar una herencia, es común encontrar confusión entre dos conceptos fundamentales: el testamento y la declaración de herederos. Aunque ambos son procedimientos legales relacionados con la distribución del patrimonio de una persona fallecida, presentan diferencias significativas que es importante conocer.

Qué es el testamento

El testamento es un documento legal en el que una persona manifiesta su voluntad sobre cómo desea que se repartan sus bienes, derechos y obligaciones tras su fallecimiento. Existen diferentes tipos de testamentos, siendo el más común el testamento abierto, que se realiza ante notario y garantiza que se cumpla la voluntad del testador. El testamento permite:

  • Designar herederos y legatarios.
  • Incluir condiciones o instrucciones sobre el uso de los bienes.
  • Nombrar tutores para hijos menores de edad.
  • Simplificar los trámites hereditarios.

Qué es la declaración de herederos

La declaración de herederos es un procedimiento legal que se lleva a cabo cuando una persona fallece sin haber otorgado testamento, es decir, en situación de sucesión intestada. Este proceso tiene como objetivo determinar quiénes son los herederos legales según lo establecido en el Código Civil. Para ello:

  • Se debe iniciar un expediente ante un notario o, en algunos casos, en los tribunales.
  • Es necesario presentar documentación como el certificado de defunción y el de últimas voluntades.
  • Participan testigos que acrediten el parentesco.

Diferencias clave

1. Existencia previa: El testamento es un documento que la persona realiza en vida, mientras que la declaración de herederos se inicia después del fallecimiento en ausencia de testamento. 2. Proceso: El testamento simplifica el reparto de bienes, ya que expresa la voluntad del fallecido. Por el contrario, la declaración de herederos puede ser más larga y compleja, ya que implica determinar a los herederos según la ley. 3. Costes: El testamento suele ser más económico, con un coste que ronda entre 50 y 100 euros. La declaración de herederos, al requerir más trámites notariales o judiciales, es más costosa. 4. Flexibilidad: El testamento permite personalizar el reparto de bienes y establecer condiciones, algo que no es posible en la declaración de herederos, donde la distribución sigue estrictamente la ley.

Cuál es más recomendable

Siempre es aconsejable otorgar testamento, ya que facilita los trámites a los herederos y asegura que se cumpla la voluntad del testador. Sin embargo, en caso de no haber testamento, la declaración de herederos es el procedimiento legal establecido para resolver la sucesión.

¿Cómo gestionar estos trámites?

Tanto la realización de un testamento como la declaración de herederos pueden ser procesos complejos si no se cuenta con la información adecuada. Para estos casos, es importante buscar asesoramiento profesional que garantice que todo se lleve a cabo correctamente. Si necesitas apoyo con los trámites relacionados con un fallecimiento, puedes contar con los servicios de una funeraria en Zaragoza que te ofrezca asesoramiento integral.

Comprender las diferencias entre el testamento y la declaración de herederos no solo ayuda a tomar decisiones informadas, sino que también permite gestionar mejor los asuntos legales y emocionales derivados de una pérdida familiar.