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La pérdida de un ser querido es un momento difícil para toda la familia, y a menudo surge la duda de si los niños deben o no asistir a un funeral. Decidir si llevar a un niño a un funeral puede ser una decisión complicada, ya que depende de varios factores, como la edad del niño, su nivel de madurez y la relación que tenía con la persona fallecida. En este artículo, te ofrecemos algunos consejos y consideraciones para ayudarte a tomar esta decisión de manera informada y sensible.

Desde nuestra experiencia como funeraria en Zaragoza, hemos visto situaciones muy diversas en las que los padres se preguntan si llevar o no a sus hijos a un funeral. Cada familia y cada niño son diferentes, y estamos aquí para brindarte el apoyo necesario en este tipo de decisiones difíciles.

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1. Considera la edad y la madurez del niño

Uno de los primeros factores a tener en cuenta es la edad y el nivel de desarrollo emocional del niño. La capacidad de un niño para comprender la muerte y el propósito de un funeral varía según su edad:

  • Niños menores de 5 años: A esta edad, los niños aún no comprenden completamente el concepto de la muerte. Pueden sentir el ambiente de tristeza, pero probablemente no entiendan la ceremonia ni el propósito del funeral. En estos casos, la decisión de llevarlos dependerá de cómo los adultos sientan que podrán manejar sus emociones y comportamiento durante el servicio.
  • Niños entre 5 y 10 años: A partir de los 5 años, los niños comienzan a comprender la muerte de manera más clara. Pueden estar al tanto de la pérdida y querer despedirse de la persona fallecida. Sin embargo, es importante asegurarse de que estén emocionalmente preparados para la experiencia.
  • Adolescentes: Los adolescentes suelen tener una comprensión completa de la muerte y pueden beneficiarse de asistir al funeral como parte de su propio proceso de duelo. A menudo, querrán tomar la decisión por sí mismos.

Consejo práctico: Habla con el niño sobre el funeral de manera adecuada para su edad. Pregúntale cómo se siente al respecto y si le gustaría asistir. Escuchar sus emociones y deseos te ayudará a tomar una mejor decisión.

2. Explícale lo que sucederá en el funeral

Si decides que el niño asista al funeral, es esencial prepararlo para lo que verá y experimentará. Explícale con antelación qué es un funeral, qué sucederá y qué pueden sentir las personas presentes.

  • Describa el entorno: Explica que habrá gente triste, algunas llorando, y que es una oportunidad para despedirse de la persona que ha fallecido.
  • Habla sobre el cuerpo o el ataúd: Si el cuerpo estará presente, dependiendo del tipo de ceremonia, el niño puede ver el ataúd o incluso el cuerpo. Prepáralo para esta posibilidad y respeta si decide no acercarse.
  • Elige un papel para el niño: A veces, asignarles una pequeña tarea, como llevar una flor o un dibujo, puede ayudarles a sentirse parte del proceso de despedida de una manera significativa.

Consejo práctico: Asegúrate de que el niño se sienta cómodo haciendo preguntas y expresa sus emociones. Si tiene dudas o miedos, abordarlas con sensibilidad es clave para que se sienta más seguro y preparado.

3. Evalúa la relación del niño con la persona fallecida

El tipo de relación que el niño tenía con la persona fallecida también influirá en la decisión. Si el fallecido era alguien cercano, como un padre, abuelo o hermano, el funeral puede ser una parte importante del proceso de duelo del niño.

Por otro lado, si el niño no tenía una relación estrecha con la persona fallecida, puede que no sea necesario llevarlo al funeral, especialmente si puede resultar confuso o perturbador para él.

Consejo práctico: Considera también el tipo de vínculo emocional que el niño tenía con la persona fallecida. Si el niño muestra un deseo claro de despedirse, es recomendable considerar su asistencia.

4. Ofrece una salida si es necesario

Es posible que un niño comience el funeral sintiéndose cómodo pero luego se sienta abrumado por las emociones. Ofrece la opción de salir de la sala si en algún momento el niño se siente incómodo o necesita un descanso. Esto puede ayudar a aliviar la presión y permitir que el niño se sienta más seguro sabiendo que tiene opciones.

Consejo práctico: Designa a un adulto de confianza que esté disponible para acompañar al niño fuera del funeral si lo necesita. Tener a alguien que esté disponible solo para su apoyo puede hacer que la experiencia sea más llevadera.

5. Considera alternativas si no asiste

Si decides que el niño no debe asistir al funeral, es importante ofrecerle otras formas de despedirse o participar en el proceso de duelo. Algunas alternativas incluyen:

  • Crear un recuerdo: Puedes sugerir que el niño haga un dibujo, escriba una carta o cree un pequeño recuerdo para honrar a la persona fallecida.
  • Participar en una ceremonia más privada: Si el funeral es una experiencia demasiado abrumadora para el niño, puedes organizar una pequeña ceremonia familiar en casa, donde el niño pueda participar de una manera que se sienta más cómoda y segura.

Consejo práctico: Asegúrate de que el niño no se sienta excluido o marginado por no asistir al funeral. Explícale que hay diferentes formas de decir adiós y que su manera de hacerlo es igual de importante.

6. Apóyalo durante el proceso de duelo

Independientemente de si el niño asiste o no al funeral, es fundamental apoyarlo emocionalmente durante el proceso de duelo. Anímalo a expresar sus emociones, ya sea a través del juego, el arte o hablando sobre sus sentimientos.

  • Escucha activamente: A veces, los niños pueden sentirse confusos o tristes después de la pérdida de un ser querido. Escucha sus preocupaciones y ofréceles consuelo sin minimizar sus emociones.
  • Explícale el proceso de duelo: Dependiendo de la edad del niño, puede ser útil explicarle que el duelo es un proceso natural que puede incluir momentos de tristeza, enojo o incluso alivio.